Monday, July 10, 2006
Algunas (pequeñas) cosas que dejé en Madrid
Volver, como dice el tango, con la frente marchita... y acaso la cabeza, las neuronas, la energía mental, como quieran llamarlo.
Así es como estos días de bienvenida me encuentran más "memento" que nunca (pero sin tatuajes), una combinación explosiva de neuronas algo enajenadas, oxidadas, en decadencia, y un poco de la distracción habitual -que Ud. vieron en dosis moderadas, pero que aquí es mi fuerte-.
Un breve listado de cosas que "dejé en madrid" incluiría:
1) el número de teléfono, y el número de piso y apartamento de todos mis amigos de Córdoba: sí, tonterías, pero me han dado pequeños ataques de angustia en estos días cuando he tenido que preguntarle a mis mejores amigos: ¿Cuál era tu piso?, ¿Me recordás tu número de teléfono, por favor?. Ver-gon-zo-so!!
2) el placer de saborear un plato de papas fritas. Después de 9 meses de residencia y toneladas de papitas al hilo con su ensopado de aceite, no quiero que ni me acerquen un plato de ésos. Una ensaladita por acá, por favor...
3) el uso del Bárbaro o el O.K. trucado por el Vale. Todavía suena... hmmmm... sofisticado... pero esperemos que se vaya pronto porque van a empezar a pegarme palazos en la cabeza! Vale?
4) no poder reírme casi diariamente de la voz del metro diciendo Próxima estación: Concha Espina. Una sincera pena!
Por otra parte, todavía hay pequeños detalles perecederos que se confunden con mi realidad cordobesa y no se quieren desprender tan facilmente: p.e., el olor a ünguento en la habitación. Eso es imborrable! (Y saben a lo que me refiero! jijiji)
A ver qué pueden aportar ustedes!!!
Así es como estos días de bienvenida me encuentran más "memento" que nunca (pero sin tatuajes), una combinación explosiva de neuronas algo enajenadas, oxidadas, en decadencia, y un poco de la distracción habitual -que Ud. vieron en dosis moderadas, pero que aquí es mi fuerte-.
Un breve listado de cosas que "dejé en madrid" incluiría:
1) el número de teléfono, y el número de piso y apartamento de todos mis amigos de Córdoba: sí, tonterías, pero me han dado pequeños ataques de angustia en estos días cuando he tenido que preguntarle a mis mejores amigos: ¿Cuál era tu piso?, ¿Me recordás tu número de teléfono, por favor?. Ver-gon-zo-so!!
2) el placer de saborear un plato de papas fritas. Después de 9 meses de residencia y toneladas de papitas al hilo con su ensopado de aceite, no quiero que ni me acerquen un plato de ésos. Una ensaladita por acá, por favor...
3) el uso del Bárbaro o el O.K. trucado por el Vale. Todavía suena... hmmmm... sofisticado... pero esperemos que se vaya pronto porque van a empezar a pegarme palazos en la cabeza! Vale?
4) no poder reírme casi diariamente de la voz del metro diciendo Próxima estación: Concha Espina. Una sincera pena!
Por otra parte, todavía hay pequeños detalles perecederos que se confunden con mi realidad cordobesa y no se quieren desprender tan facilmente: p.e., el olor a ünguento en la habitación. Eso es imborrable! (Y saben a lo que me refiero! jijiji)
A ver qué pueden aportar ustedes!!!